Después de un montón de intentos, recetas fallidas, panes duros como piedras, con, para mi gusto, demasiado sabor a levadura, he conseguido hacer pan de la manera más sencilla. Agua, sal, levadura y harina. Y ya.
Anoche no estábamos en casa, estábamos en "chalet" como dice J. y nos apetecía cenar pizza, y yo le dije valiente de mi: "yo hago la masa, pero es probable que acabemos cenando sandwiches de pavo" Así que bajamos al super a por levadura. Pues bien, una vez de vuelta en casa, cuando me iba a poner a hacerla no teníamos peso, (la cena de sandwiches de pavo cobraba un protagonismo peligroso) aún así J. me animó a hacerla a ojímetro. Y así la hice. ¡Salió una pizza estupenda! ¡Casi lloro mientras la comía, no me lo creía! Pues bien, lo del ojímetro resultaba un problema pero bueno, sabíamos el agua que habíamos gastado porque teníamos medidor, de harina había un paquete de un kilo y gasté medio, y un poco más de la mitad de la levadura, así que esta noche para cenar y para matar el gusanillo de que no había sido por pura suerte, he hecho una foccacia.
Llevaba mucho tiempo queriendo hacer la receta de Focaccia de Giallo Zafferano, (aunque no haya seguido la preparación estricta, queda bastante claro como la he hecho), porque de todos los panes este es el que más me gusta, supongo que será por la condimentación. Aunque no entendais italiano, al estar grabada en vídeo la comprensión es bastante clara. Muy bien, vamos con la receta.
Ingredientes:
500g de harina de trigo normal.
200ml de agua tibia.
14g de levadura fresca de panadería.
Aceite de oliva.
Sal normal.
Sal gorda.
Ajo picado.
Orégano.
Preparación.
En un bol pequeño echamos la levadura desmenuzada, y le añadimos un poco de agua y con ayuda de un tenedor deshacemos bien la levadura.
En un bol más grande, ponemos la harina un puñadito de sal normal, y removemos para mezclar, hacemos un agujero en la harina y echamos la mezcla de levadura y agua. Vamos meclando con las manos y añadiendo el agua poquito a poco hasta que toda la harina se haya apelmazado y se suelte de los bordes del bol.
En ese momento, (brazo duro, amigo) echamos la masa en una superfície limpia y enharinada, y empezamos a amasar, pacientemente, hasta que se queda una bola lisa y firme, yo la he amasado siempre extendiendo con el puño y plegando sobre si misma, por si eso ayuda.
Lo colocamos en un bol untado de aceite para que no se pegue, tapamos con un trapo y dejamos levar hasta que doble volumen en un lugar cálido y sin corrientes de aire. Yo para eso he usado de la manera más vil a J. como siempre tiene calor, le he dado el bol para que lo sujetara entre las piernas mientras estaba en el ordenador, y, oye, ¡Mano de santo! Un levado perfecto.
Una vez acabado lo que será el primer levado, preparamos la bandeja del horno untándola de aceite de oliva, una capa de aceite un poco más generosa que si fuera sólo para pintar la bandeja. Colocamos la masa y la extendemos con ayuda de las manos hasta la forma deseada. Una vez así le "metemos el dedo" para hacerle los clásicos agujeros, echamos un buen chorro de aceite y tapamos con un paño para que vuelva a aumentar una media hora.
En ese tiempo calentamos el horno a 200º, y ponemos un bol de agua, muy extendida esta acción en el mundo bloguero para que quede una corteza crujiente.
Una vez ha vuelto a levar, volvemos a "agujerear" y condimentamos, una pizca de orégano, una pizca de ajo molido y otra tanta de sal gorda. Otro chorrito de aceite y al horno 20 minutos. Una vez cocida, dejamos enfriar sobre una rejilla. O no. :-)
¡Está buenísima! Muy, muy sorprendida por el resultado, y porqué no? un poco más feliz.
Espero que lo disfruteis!
1 comentario:
A mí me ha encantao, soy muy fan. Ya estoy deseando que sea la hora de almorzar mañana.
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